A partir de 1917 Coburn desarrolló su pasión por la fotografía mística y religiosa, abandonando el estilo que le había hecho famoso, y produjo trabajos más simbólicos, abstractos y experimentales.
Distintos museos internacionales, como el Metropolitan Museum de Nueva York, el MoMA, la National Portrait Gallery de Washington o el Nelson-Atkins Museum de Kansas City, entre otros, han cedido sus obras para realizar esta gran retrospectiva.